“Se entiende como empresa a la unidad económica, y productiva que tiene una finalidad social y que persigue objetivos de tipo económico (rentabilidad o lucro económico), en la que el capital, los instrumentos de trabajo, los recursos naturales, el trabajo y la dirección deben guardar una adecuada coordinación a fin de llevar a cabo una producción socialmente útil, de acuerdo a las exigencias del bien común”.
Este concepto puede ser o no llevado a su máxima expresión dependiendo el modelo económico que el Estado aplique, principalmente a través de las empresas públicas, entendiéndolas a estas como una de las formas que el Estado ha adoptado para intervenir en el mercado, “que se asemejan a la empresa privada, pero ofrecen diferentes perfiles jurídicos , en función del grado de intervención en la economía que el Estado se propone (…) Del mismo modo resulta redundante sostener que a través de su quehacer empresario, el Estado se propone la satisfacción de fines públicos, por cuanto no es concebible una actividad estatal sin que se persigan tales fines”Entendido el supuesto de que las empresas están destinadas a la satisfacción de necesidades, es fácil comprender las razones por las cuales el Estado intervino en el sector económico creando sus propias empresas. Ahora bien, para comprender si este modelo de intervención estatal es o no viable en pos de cumplir con los fines del Estado, es necesario tomar en cuenta la participación de las empresas publicas matizándolas en dos modelos económicos totalmente distintos, es así que analizaremos brevemente como se concibe a las empresas estatales en el modelo desarrollista y en el neoliberal, tratando de responder a estas tres interrogantes: ¿Por qué la participación de empresas públicas no tuvo el éxito esperado en el modelo desarrollista?, ¿Qué es lo que busca el neoliberalismo con debilitar la industria nacional? y ¿Cómo incidió socialmente el debilitamiento de la industria estatal en el neoliberalismo?
Para contestar la primera pregunta debemos enfatizar que en el modelo desarrollista, el fin de las empresas públicas es satisfacer las necesidades de los grupos más vulnerables, es decir, de aquellos que por cuestiones obviamente económicas no pueden acceder a determinados servicios, sobre todo a los considerados básicos. Este modelo se caracteriza, entre otras cosas, por la implementación de subsidios estatales cuya finalidad es aminorar los costos para que todos puedan acceder a los servicios.
“El modelo desarrollista se guió por la teoría económica de la CEPAL. Esta teoría articuló a este modelo en torno a una concepción que atribuía a los Estados una capacidad de producir un desarrollo económico y social prometedor por medio de una modernización industrial acelerada. Por ende, este modelo tuvo como objetivo lograr “una industrialización que condujera a la auto sustentación económica”. En base a esta teoría los estados trataron de fomentar la industria en el sector privado, sin embargo, salvo determinadas excepciones, quien termino generando la mayor cantidad de industrias fue el propio Estado, logrando si, satisfacer algunas necesidades pero volviéndose proteccionista ya que trataba de asumirlo todo.
“Las debilidades del modelo desarrollista provinieron en parte, de la utilización del proteccionismo y la dependencia del sector exportador. La primera debilidad, el proteccionismo, considerado primordial para el desarrollo industrial, logro crear industrias “de alto costo e ineficientes en todo sentido. Esto fue provocado por “las distorsiones del factor precio, la falta de competencia en el mercado interno y la tendencia a una estructura oligopólica, con elevadas barreras de ingreso.”.
Al parecer, no es posible desarrollar empresas o mejor dicho no es rentable crear empresas, con el único objetivo de satisfacer las necesidades de la población, dejando de mirar el verdadero fin de una actividad económica y peor aún, cuando el Estado subsidia los servicios que él mismo presta para que todos puedan tener acceso; esto no es un buen negocio.
“La crisis de la deuda y la del modelo desarrollista dieron inicio a un proceso de continuo crecimiento de la pobreza en América Latina. En esta época la pobreza alcanzo índices sin precedentes que fueron relativamente, porque pese a reducirse, los índices se mantuvieron dentro de parámetros elevados.“.
En lo que respecta al neoliberalismo y su intención de debilitar la industria nacional, “este nuevo modelo, distinto al desarrollista, se inclinaba por la no intervención estatal, la privatización y la liberalización. Para la década de los noventa gran parte de los países latinoamericanos se encontraron aplicando políticas de corte neoliberal. Algunas de esas políticas aplicadas fueron: la redistribución regresiva del ingreso, el ajuste del mercado de trabajo, la reasignación de recursos entre actores y sectores económicos, la apertura asimétrica al exterior, la liberalización de los mercados y el debilitamiento de la industria.”.
Entendemos a este debilitamiento como las medidas que se implantaron cuya finalidad era menoscabar la participación de empresas nacionales en los mercados ya que lo que busca este sistema es dinamizar la economía y no centralizar todos los servicios para que los brinde una sola persona, entiendo a esta persona como el Estado. “Esta característica se complementa con la desregulación, en el sentido usual de menor gasto, cuasi desaparición de las empresas públicas y de un manejo menos activo o pasivo de la política económica.”.
Se busca el debilitamiento de la industria nacional, con el objetivo de que el Estado no invierta más su capital en la creación de empresas, ya que los servicios que estas prestan no se van a equiparar jamás con los prestados por el sector privado peor aun tomando en cuenta que además se subsidia la prestación de la mayoría de los servicios estatales, característica que como ya la señalamos, forma parte del modelo desarrollista.
En un sentido general, lo que pretende este sistema es que el Estado fomente más la participación privada e inyecte capital a este sector de la economía, para que esta se dinamice y cubra las necesidades que el mercado demande.
El neoliberalismo tiene gran incidencia al no dar mayor importancia a las cuestiones sociales, su objetivo como tal no es satisfacer las necesidades de los grupos más vulnerables ya que considera que cada individuo debe buscar la satisfacción de sus necesidades en el mercado. “Sin embargo, bajo esta premisa, el Estado deja de lado el principal fin de su creación, proteger y solventar necesidades de los individuos. “.
Ya dijimos que los subsidios estatales buscan que todo el mundo tenga acceso a los servicios, no obstante, “en el consenso de Washington se establece la disminución del gasto público, especialmente en la parte destinada al gasto social; se proponía redistribuir el gasto en beneficio del crecimiento y los pobres, por ejemplo, desde subsidios no justificados hacia la atención sanitaria básica, la educación y la infraestructura.”.
Es imprescindible ubicarnos en un espacio territorial para comprender mejor las consecuencias que implanta este sistema en lo social; por ejemplo, si nos ubicamos en América Latina, donde existe pobreza extrema, sin la ayuda de los subsidios el nivel de vida de los ciudadanos se vería altamente comprometido, con poca accesibilidad a servicios básicos.
A manera de conclusión, podemos establecer que la sola participación de las empresas públicas en un modelo económico, no es lo ideal , si bien es cierto nos da una imagen de solvencia y acceso a determinados servicios, el Estado no siempre va a poder sostener ese andamiaje ya que como dijimos, la visión de Estado es satisfacer necesidades y muchas veces los aspectos técnico-económicos que demandan las empresas quedan de lado, peor aún, considerando que las ganancias producidas por estas no se re invierten en el sector, por el contrario, llegan a formar parte del presupuesto general del estado, para tratar de cubrir otras necesidades, indudablemente, no siempre es así y existen sus destacadas excepciones.
También hay que tomar en cuenta que con la creación de empresas públicas, el Estado cubre otra necesidad social, el empleo, desde este punto de vista, no ve técnicamente el adecuado uso del talento humano humano y engorda de burocracia sus empresas.
Bibliografía:
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David, Harvey, “Breve historia del Neoliberalismo”
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